El propósito de la obra es realizar una representación artística de la vida tradicional junto al mar, a través de la óptica de la mujer. Cuando el hombre salía a navegar, la mujer sufría su ausencia y, más aún, el temor a que el mar pudiera arrebatarle a su marido para siempre. La introducción de la red de pesca como elemento protagonista no solo se justifica por ser las mujeres quienes tradicionalmente confeccionaban esta herramienta para sus maridos, sino que la proyección de su sombra en la pared representa la ausencia del ser querido, como si la partida de su amado provocase un vacío en el alma de la mujer, algo que se escapa de su cuerpo para convertirse en sombra, en espectro. La combinación de estos efectos aspira a transmitir a la audiencia los sentimientos y sensaciones que formaban parte de la vida de la mujer marinera.